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martes, 6 de septiembre de 2011

Solo te digo que; nunca, por nada del mundo dejaría de columpiarme.

+¿Qué te pasa?
-No sé como decirtelo...
+Intenta explicarlo ¿O tampoco sabes? como de costumbre...
-Es díficil, pero a ver... Siéntate en el columpio, hazme caso, por favor, solo así lo entederás...
+Ya estoy en el columpio, ¿Ahora qué?
-Comienza a columpiarte, una vez cogido impulso... Cierra los ojos... ¿Notas esas cosquillitas en el estomago? A mi no me hace falta columpiarme para sentirlas... Las tengo cada vez que te veo, cada vez que me hablas, cada vez que oigo tu nombre...
+Puf, de verdad... no sé que decir...
-No, pero aún no acaba, ¡No habras los ojos, sigue cogiendo impulso! Ahora suelta una mano...
+¿Qué? ¿Tú quieres matarme?
-Hazme caso, confía en mí, suelta una mano...
+AHHH
-¿Has visto que sensación? parece que te vayas a caer, se te corta el aire y se te acelera el corazón... Eso me pasa cada vez que te separas de mi, o te noto distante...
+Pero...
-No digas nada, no habras los ojos, déjame impulsarte, y solo habre los ojos cada vez que estés arriba, y mira al cielo, ¿Vale? una, dos y tres.
+¿Y esta? ¿Cuál es esta sensación?
-Solo contigo, siento que toco el cielo, siento que vuelo, me siento en las nubes...
+¿Tanto me quieres?
-Solo te digo que; nunca, por nada del mundo dejaría de columpiarme.